El país amazónico todavía sufre las consecuencias de la recesión registrada entre 2015 y 2016
Un estudio del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) revela los preocupantes datos de la actualidad brasileña. Desde 2012, Brasil no llegaba a esta estadística tan elevada. Hoy en día, el 6,5 % de la población se encuentra en pobreza extrema, es decir, un total de 13,5 millones de personas, viven con un sueldo menor a 1,9 dólares por día (7,76 reales, según el cambio oficial).
Cabe destacar, que el informe fue divulgado por el Gobierno brasileño. Con relación a datos de años pasados, las personas que viven en esta situación creció. Por ejemplo, en 2017 la cifra era de 6,4% de la población en general (unos 200 millones de personas). Pero fue en 2012, cuando el Instituto comenzó a recopilar esta información. Es así, como el registro de ese entonces se ubicó en 11,3 millones (5,8 %) con ingresos inferiores a 145 reales (33,6 dólares al cambio de hoy).
No obstante, en los siguientes años el número bajó considerablemente, llegando a situarse en el 4,5%. Pero la recesión entre 2015 y 2016 reactivaron una crisis económica, que aún afecta la situación actual. André Simoes, responsable del informe de la estatal, IBGE, pidió al Gobierno nacional, impulsar políticas para combatir la vulnerabilidad de los brasileños que viven en pobreza extrema, así como a aquellos que luchan por ingresar al mercado laboral
“Ese grupo necesita de cuidados mayores, que serían, por ejemplo, políticas públicas de distribución de renta y para dinamizar el mercado de trabajo”, explicó, según consignó EFE. Asimismo, Simoes se refirió al programa “Bolsa Familia”, programa social destinado a las clases sociales bajas, al reconocer que “no es suficiente para sacar a las personas de la extrema pobreza”.
Otros datos del estudio revelan que la población más afectada es la negra o mestiza, que representa el 72,7% de los pobres en Brasil. Asimismo, en un informe divulgado en octubre por el mismo instituto, da a conocer que la desigualdad salarial en 2018 llegó a su nivel más alto, también desde 2012. Brasil intenta salir a flote después de la recesión, pero los economistas y el Gobierno tan sólo esperan un crecimiento del PIB por debajo del 1% para el cierre del año.